Navidad 2020

POR: MAAT

A 24 diciembre, 2020

La Navidad siempre será un momento que nos lleva a exaltar lo mejor de nosotros mismos, también nos obliga a reflexionar, marca un alto en el camino en el cual nos detenemos a observar el contraste del tiempo en nuestras vidas, todo lo que hemos pasado y vivido en un espacio acotado por esta fecha tan significativa. Internamente pensamos en lo bueno y lo malo que hemos hecho, nuestras acciones y omisiones, los momentos de felicidad y de tristezas, nuestros logros, lo hecho, lo que faltó, lo que no se pudo, lo que jamás será y lo porvenir. Un año partido entre el antes y el después, un año que nos confrontó y nos hizo volver la mirada obligadamente para reconocer sin pudor lo frágil de la existencia humana que contrasta con nuestra gran soberbia de sentirnos inmortales cuando todo va bien.

Este año la pandemia nos ha golpeado con tanta fuerza que todavía no alcanzamos a despertar de esta pesadilla, hemos enfrentado dolorosas e irreparables pérdidas de seres queridos, trabajos, cosas materiales, amistades, la salud mermada por sus secuelas, etc. Aun así seguimos siendo los mismos, porque nuestros patrones de conducta tienen que ver con estructuras muy rígidas fundamentadas en lo cultural, la educación y el entorno social donde nos formamos y nos desarrollamos. Con todo y esto la Navidad nos provoca a compartir lo mucho o poco que tenemos y somos, descubrimos cuando nos damos y entregamos que el sentimiento de la solidaridad es lo único que puede salvarnos del abismo.

Sin duda todo lo sucedido nos está tratando de decir algo, nos está gritando que todavía hay esperanza para la humanidad, pero para ello tenemos que trabajar duro para desconfigurarnos de esa perniciosa actitud autodestructiva que tenemos ahí dentro de nosotros, en algún rincón escondida pero que de vez en vez se activa y se vuelve tan virulenta como este virus que nos está aniquilando, es duro despertar a la realidad pero es necesario para poder cambiar. Si no aprendemos de esta lección entonces creo que si estamos perdidos, si después de esto seguimos igual, entonces seguiremos caminado en círculo y todo se volverá a repetir en algún momento como un eterno deja vu, como lo sentenciara en su momento Carl Jung; “Hasta que usted no se haga consciente lo inconsciente, el subconsciente seguirá dirigiendo su vida y usted le llamará destino”.

Natividad es una de las muchas palabras que nacen del verbo latino Nasci, que significa “nacer”. La gestación de la palabra fue larga, Nasci se transformó en América en Nativitas, que significa “nacimiento”, que pasa a través de Oriente francés como nativité antes de la formación final de la palabra en el siglo XIV. A su vez Navidad o Natividad derivan de “natal” que significa nacimiento, si esto es así entonces deberíamos estar celebrando nuestro nacimiento. La celebración de la Navidad puede tener diferentes simbolismos para todos pero es indudable que representa una nueva oportunidad para renacer, para comparar lo vivido y colocarlo en su justa dimensión en el presente y a partir de eso proyectarlo hacia el futuro con una visión renovada de nosotros mismos que nos permita cambiar para transformarnos en nuestra mejor versión.

“No olviden que hay tiempos para festejar y hay tiempos para resguardase, en ambos casos es una celebración en sí, y hoy es tiempo de celebrar resguardados, Que tengan unas felices fiestas de renovación y renacimiento”

Luis Eduardo Enciso Canales

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