EN ESA POSTURA suya de olvidar sus orígenes, y que por azares del destino y resultado de las cosas buenas, malas y peores de nuestra política autóctona lo tiene ahora ocupando la silla presidencial, Andrés Manuel López Obrador, en una actitud a más de sobrada, soberbia, se niega con uno y mil pretextos a atender a los gobernadores de la Alianza Federativa. Que porque sus objetivos son electoreros, que porque lo que pretenden es imposible, que porque le faltaron al respeto, que a lo mejor sí los recibe pero sin politiquerías, que porque lo único que quieren es más dinero y que en los estados no hay una fiscalización confiable; que además no tienen por qué pedir más, ya que su gobierno les ha enviado oportunamente las participaciones a que tienen derecho, según él, lo que el Pacto de Coordinación Fiscal establece, en pocas palabras, que la 4T no le debe ni un solo centavo a los gobernadores y estados que le están reclamando…

CUALQUIERA CON sentido común, entiende que todos y cada uno de los pretextos o, démosles la calidad de argumentos, del Peje, pueden y deben ser abordados, analizados y llegar a una conclusión, que sería inicialmente la de encontrar si son ciertos o falsos pero, eso solamente podrá saberse si los interesados, si los involucrados se sientan a la mesa y como personas civilizadas presentan cada uno sus pruebas. Sin embargo, esto hasta ahora no es posible porque el presidente se niega a recibirlos, los manda con sus subordinados que por más que en el organigrama tengan alta categoría, todos en México sabemos que en la 4T solamente truenan los chicharrones y de ahí en más todos son soldados rasos nadie tiene capacidad de decisión, todos son mandaderos, desde la secretaria de Gobernación hasta el de Hacienda…

YA ME IMAGINO a cualquiera de ellos autorizándole a los gobernadores de la Alianza lo que están solicitando porque lo consideran justo, porque lo es, cuando saben que su patrón, que su Mesías piensa todo lo contrario; si Herrera el de Hacienda tiembla y tartamudea cuando le llama la atención por nada, hasta un infarto le daría con el estallido de ira de López Obrador si les suelta dinero a los mandatarios estatales. Además una y otra vez, no solo en corto sino públicamente les ha leído la cartilla y les ha exigido a todos en el gabinete presidencial fidelidad, lealtad y obediencia ciega. Ante tal exigencia y por más prestigio que antes de este régimen hubieran tenido, como la titular de Gobernación, Olga Sánchez que hizo una brillante carrera como magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahora tiene prohibido pensar por sí misma, tener criterio propio, la han reducido a pejezombie con alto salario y una silla en el Consejo Nacional de Seguridad (en donde ni caso le hacen, según denuncio ella misma), pero ahí sigue… sonriendo, obedeciendo ovejunamente, ciegamente…

MIENTRAS TANTO hay que pintarle una raya más al tigre de las mañaneras, al tigre mentiroso que asegura que no le debe ni un solo centavo a los estados, específicamente a los que representan los gobernadores integrantes de la Alianza Federalista, porque al menos a Coahuila sí le debe y no son unos pesos, son miles de millones de pesos. Según el gasto 2020 ya calendarizado previamente, hasta septiembre Coahuila debió de haber recibido 17 mil 238 millones 900 mil pesos, sin embargo, la Secretaría de Hacienda solo le ha depositado 14 mil millones 926 millones 900 mil pesos…

EL “RECORTE” de la Federación a Coahuila en participaciones federales se sigue incrementando, y en tan solo un mes, el tijeretazo en este rubro pasó de mil 998 millones 400 mil pesos en agosto, a 2 mil 312 millones de pesos al cierre de septiembre, de acuerdo con las cifras más actualizadas. En el documento que emite mensualmente el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas del Congreso de la Unión y que va con un mes de desfase, se informa que el Gobierno Federal incrementó el recorte en estas asignaciones federales, que representan el mayor ingreso de las entidades federativas, en dicho documento se encuentran los datos que contienen las cifras que indican que a la fecha el gobierno de López Obrador le debe a Coahuila 2 mil 312 millones de pesos…

EL IMPACTO negativo es de un 13.4 por ciento, solo superado por el de otras 4 entidades afectadas: Zacatecas (14.9 por ciento); Nayarit (14.8); Morelos (14.0) y Quintana Roo (13.6). Incluso, el promedio de atraso nacional es del 11.3 por ciento, por lo que Coahuila y las entidades citadas están por encima de ese porcentaje. Básicamente, las participaciones federales son recursos transferidos por el gobierno central a los estados y municipios y que éstos pueden ejercer libremente. En el otro rubro de transferencias que la Secretaría de Hacienda hace a las entidades, que son las Aportaciones Federales, al mes de septiembre, la Federación pagó 13 mil 100 millones 400 mil pesos, apenas 266 millones más de lo programado, lo que no alivia el déficit para Coahuila, pues el recorte, tomando ambos gastos federalizados, es de 2 mil 046 millones de pesos. Cabe señalar que las aportaciones federales son recursos etiquetados o condicionados, ya que la misma Federación determina en qué se deben gastar…

SOBRE ESTE mismo tema, el Administrador Fiscal General del estado, Javier Díaz, declaró que aunque el Presidente de México diga que no se debe nada a las entidades, la realidad es que a Coahuila no le ha llegado completo el dinero presupuestado y se mantiene como la quinta entidad en todo el país con mayor afectación, lo cual se traduce en casi 2 mil 500 millones de pesos menos. Informó que en el corte de enero a septiembre de 2020, en Coahuila las participaciones federales tuvieron una reducción del 13.4 por ciento, lo que implicó que no llegan 2 mil 312 millones de pesos, esto con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público…

OTROS FONDOS también tuvieron comportamiento a la baja, y aunque se aplicó el Fondo de Estabilización, que es emergente cuando hay poca recaudación, no se logra compensar aún la diferencia entre lo presupuestado y lo que realmente entró a las arcas de la entidad. “Así va a ser la tendencia todo el año. Lo preocupante también es que el Presupuesto 2021 viene con números que difícilmente se van a cumplir. Está proyectado con un crecimiento del 4.6 por ciento y por lo pronto no veo variables o indicadores que permitan decir que se puede cumplir”. Si el crecimiento del 4.6 por ciento programado para alcanzar la meta presupuesta no se logra, el impacto negativo hacia la distribución de participaciones y aportaciones a los estados y municipios será mayor. Habría el año próximo tres impactos negativos, el primero la reducción ya presupuestada; el segundo es no alcanzar la meta de ingresos porque el crecimiento no se podrá dar, y el tercero, que no habrá más dinero para el Fondo de Estabilización… (GFA).